sábado, 24 de septiembre de 2011

RAFA...

Soy un olvidado!

Me llamo Rafa. Tengo 2 años y soy un olvidado. Pocos saben mi edad, o mi nombre. Menos aún mi historia.

Siendo apenas un cachorro me atropellaron. Mi ángel lo vio todo y me salvó por primera vez. Pero no pudo llevarme a casa, y nadie preguntó siquiera por mí. Tuve que ir al refugio y recuperarme allí. Empecé a mejorar, a cambiar, pero otro duro golpe desmontó mi vida. Nos echaban. Teníamos que irnos del que hasta entonces había sido el único lugar que conocimos seguro.


   La primera foto es de cuando llegué al refugio recién atropellado.

No quiero recordar esos días, pero aún a veces sueño con ellos. Y vuelvo a vivir la incertidumbre, la angustia. Vuelvo a ver las caras de quienes me querían y aún me quieren, con el dolor reflejado en sus ojos, que ya sólo sabían derramar lágrimas.

El que ahora es mi fiel amigo, y yo, fuimos enviados a otro refugio. No queríamos estar allí. Los otros refugiados nos atacaron. Eran muchos, apenas pudimos defendernos. Nos abrazamos y cerramos los ojos muy fuerte.

Queríamos despertar de esa horrible pesadilla. Pero nuestro ángel, mi ángel, volvió a por mí. Nos encontró, y nos llevó a un lugar más agradable. Allí estaban todos nuestros amigos, humanos y caninos... ¡Volvíamos a estar juntos!

Me dolía todo mi cuerpo, pero era feliz. Ahora estaba a salvo.


                           Rafa con su amigo de aventuras.


Pero el destino parece molestarse al verme contento. Al llegar al refugio, desarrollé una alergia al cemento. De nuevo, nadie se apiadó de mí.

Ahora estoy bien, tengo un techo calentito, dos amigos como yo que siempre están a mi lado, y muchos humanos que me curan cuando estoy enfermo y me abrazan cuando tengo miedo. 

Sí, no vivo mal, pero veo a muchos de mis compañeros salir. Salen y nunca vuelven. Mis humanas me cuentan que se marcharon a una casa, donde una familia les besa cada mañana y les acurruca cada noche. Y cada día creo que es más difícil que yo encuentre algo así. No soy un perro que de ternura. Mi cruce de no sabemos que, hace que tenga un físico fuerte y que nadie mire más allá.


                              Rafa se deleita en la piscina


Nadie sabe que, cuando me sacan al recreo, me pongo a dos patitas y que cuando mis humanos se agachan, pongo mis manitas en sus hombros y me agarro muy fuerte para que me abracen y nunca me suelten. Les doy besitos en la cara y en las manos, para darles las gracias por quererme tal y como soy.

Ojalá, ojalá alguien pueda ver en mis ojos todos lo que ellos ven.


                      Rafa con su juguete favorito... la pelota! 

Soy un olvidado, ¿me ayudas a dejar de serlo? 

                                  Rafa, te está esperando!

Quién no conoce el sabor del jabón, es porque nunca a bañado a un perro.


                        contacto@hotmail.com


 








No hay comentarios:

Publicar un comentario