sábado, 26 de marzo de 2011

TRASTO...Pequeños milagros, pequeñas victorias.

Gran Familia (Sevilla)

No tuvo suerte.Tal vez fue consecuencia de un descuido, esas camadas que nacen por error, aún cuando sus dueños juran y perjuran que "mi perra nunca tendrá cachorros".

O quizá fue un capricho del que se cansaron al ver que no sólo hacía gracias, que también necesitaba atenciones y cuidados, como el bebé que es.


Sea como sea, Trasto acabó en la calle, lleno de parásitos, asustado, desorientado, caminando de un lado a otro perdido, sin entender. Cómo iba a entender si apenas empezaba a andar solito?

¿Pero qué podemos esperar de una sociedad que ni siquiera respeta a sus semejantes?
   

                                 Trasto, nuestro chiquitín.

Nuestro Trasto es un cachorro inocente, juguetón y despistado, que disfruta colándose por todos los rincones, mientras te vuelves loca buscándolo. Es nuestro diminuto tesoro, un cuerpecito minúsculo, frágil, que se encoge entre tus brazos, buscando el calor de una madre de la que fue arrancado.

Cuando corretea y tropieza, y ves que viene corriendo en busca de consuelo por la torpeza de su edad, entiendes con claridad que la humanidad de la que hacemos gala cae cada día un poquito más en el olvido.

Te preguntas cuántos cómo él nunca podrán disfrutar de un día de campo, o de un sofá donde echar las siestas, de una mano amiga que le acaricie. Cuántos no sabrán nunca qué es vivir. Y entonces das las gracias porque ese pequeño milagro, nuestro Trasto, esté a salvo.
guerras, pero Trasto nos recuerda con su inocencia cada día, que son las pequeñas victorias las que nos hacen seguir adelante. Las que nos empujan a continuar. Pequeñas victorias, como nuestro pequeño Trasto. 

Y mientras lame nuestras caras comprendes que nuestro trabajo nunca acabará, que no podemos salvar tantas vidas como sufren. Que cada día perderemos nuestras particulares guerras, pero Trasto nos recuerda con su inocencia cada día.  Son las pequeñas victorias las que nos hacen seguir adelante. Las que nos empujan a continuar.


                                          
Pequeñas victorias, como nuestro pequeño Trasto.


Necesitamos que nos ayudéis a que Trasto tenga  por fin una mano amiga que le mime y cuide el resto de su vida.


¡Trasto... Solo es su nombre!



Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso.

                                 



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